Una educación para la ciudadanía global de calidad ha sido reconocida recientemente como un derecho. Para que se haga real, se necesitan no solamente prácticas educativas que promuevan este enfoque, sino también una investigación que pueda acompañar, visibilizar, documentar y mejorar esas prácticas. A partir de los tres grandes dilemas que ha enfrentado una investigación financiada con fondos públicos, se explica el camino recorrido en la búsqueda de una investigación coherente entre lo que se investiga y cómo se investiga. Si la educación para la ciudadanía global tiene un fin emancipador y transformador, su investigación no debe quedar exenta de estos mismos fines.