En primer lugar, a mis padres. Os debo todo lo que soy y seré. Gracias por el cuidado y educación recibidos, por los buenos (y malos) momentos, por aquellos días de piscina en Playa de Madrid, por las barbacoas en la Fundación del Lesionado Medular/ASPAYM Madrid, por las comidas en "La Bodeguita" y en el Centro Municipal de Mayores Ascao. Gracias a vosotros aprendí a ser fuerte. A mamá, porque me enseñaste lo más importante, a sonreir a pesar de la adversidad, y otras cosas de menor importancia, como mantener un hogar. A papá, por enseñarme gran parte de lo que sé, el equilibrio, e iluminarme el camino; aunque fuera de forma accidental, sin tí, mi vocación sería otra. Nunca os lo podré agradecer tanto como lo merecisteis. D.E.P.En segundo lugar, a mis compañeros de trabajo: Manu, Javi Doc, y David. Por todos los momentos compartidos en el laboratorio y fuera de él; por ayudarme y presionarme para que trabajara. Sin vosotros, dudo que estuviera escribiendo estas líneas ahora. A mis compañeros de laboratorio: Guille, Mario, Javi Prieto, y José Cabrero, por las charlas y momentos de risa. A Alejandro Calderón, que siempre ha estado ahí para escucharme y echar una mano. A José Daniel, por darme la oportunadad de trabajar en el grupo y por estar ahí en los momentos difíciles que últimamente han acontecido. También a mis compañeros de trabajo del CERN: Enric, Stephan, Guilherme, Bertrand, Javi, Emmanouil "Manos", y especialmente a Axel, Jakob y Pere, por acogerme en ROOT.No voy a terminar sin mencionar a las personas que siempre estuvieron ahí (no, no me olvido de vosotros): a mi hermano, a Úrsula, a mi tía Paloma y mi tío Matías, a mi primo "el niño".