Fragmento
El estudio de los hechos del pasado y su presentación siguen un orden, así como el objeto de la disciplina de la historia. Ahora bien, teniendo en cuenta que el orden escogido depende de los criterios e intereses de quien los presenta, he resuelto hacer énfasis en una perspectiva de salud pública que privilegie, lo que en términos modernos se designa como determinantes de la continua salud-enfermedad. En esta perspectiva, denominé a la Conquista la etapa socio-epidemiológica de la guerra de tierra arrasada y, a la Colonia, la de servidumbre y la esclavitud (1). Ser siervo y ser esclavo, tuvo y tiene consecuencias para la salud; ambas condiciones operan como un caldo de cultivo para las enfermedades infecciosas y debilitan al cuerpo ante las no infecciosas en la medida en que constriñen la libertad. El corpus del centro de la Medicina que trajeron los españoles y portugueses en el siglo XVI al continente americano, correspondía a la Medicina galénica que, en la práctica, no ofrecía ninguna ventaja sobre la Medicina indígena, como bien lo reconocieron los mismos españoles. El sistema médico galénico reposaba en la teoría de los humores, sus intervenciones se reducían a enemas intestinales, vomitivos y flebotomías, de modo que su arsenal terapéutico botánico sufrió un enriquecimiento enorme con las plantas de origen americano.