Leer críticamente en la educación superior exige adquirir habilidades metacognitivas para comprender, interpretar y evaluar de manera objetiva la información que se encuentra en los textos. Este artículo ofrece una revisión sistemática de las estrategias de la lectura crítica en la Educación Superior con el objetivo de analizarlas a la luz de los procesos metacognitivos que un lector hace en el momento de comprender, analizar y evaluar o valorar su lectura. Desde este modo se realizó la búsqueda con las expresiones “lectura crítica” “estrategias de lectura crítica” y “educación superior” tanto en español como en inglés en la base de datos Scopus. En total se encontraron 97 documentos entre el 2016 y 2022 de los cuales 38 presentaron las estrategias orientadas a fortalecer lectura crítica en la educación superior. Los resultados reflejan las habilidades metacognitivas más predominantes para fortalecer la lectura crítica en la educación superior son aquellas que se enfocan en hallar el significado y la interpretación del contenido de un texto mediante actividades de planeación, supervisión y evaluación. Dentro de esta secuencia didáctica los docentes prefieren emplear destrezas más complejas como sintetizar, cuestionar y aplicar; buscan formar lectores más activos por medio de prácticas cognitivas que dan lugar a la activación del conocimiento previo, la comprensión, la capacidad de hacer inferencias, el análisis de géneros textuales y la valoración crítica de contenidos. Por otro lado, dentro de la lectura crítica de textos especializados académicos se encuentran las prácticas relacionadas con la evaluación, comparación y la reflexión de contenidos que buscan resolver problemas científicos en situaciones investigativas. Sumado a lo anterior, se resalta el desarrollo del pensamiento crítico por medio de habilidades argumentativas y dialógicas. Además, en la lectura crítica en la enseñanza del inglés como lengua extranjera predomina el control de la comprensión por medio de actividades de prelectura, lectura simultanea y poslectura. Por último, el uso de recursos pedagógicos tales como caricaturas políticas, mapas mentales, imágenes, booktubers, textos literarios, plataformas digitales y evaluaciones formativas se convierten en herramientas útiles en el desarrollo de las habilidades metacognitivas.