Los análisis epidemiológicos de las intervenciones de prevención de la COVID-19 durante los años de mayor propagación y mortalidad, 2019, 2020 y 2021, fueron acciones fundamentales en la comprensión y evaluación de la eficacia de las medidas implementadas para controlar la propagación de esta enfermedad. En el Ecuador, como en el resto de los países, estos resultaron útiles para el estudio de cómo diferentes medidas y estrategias afectaron a la transmisión del virus SARS-CoV-2 en una población determinada. Esto implicó la evaluación de la efectividad de intervenciones como el distanciamiento social, el uso de mascarillas, la vacunación y el rastreo de contactos. En la investigación se realizó un análisis epidemiológico de las intervenciones de prevención de la COVID-19 en la provincia de Napo, Ecuador. El estudio tuvo un alcance descriptivo, basado en una intervención de salud. Su diseño fue experimental, de tipo pre-intervención y post-intervención, con corte longitudinal, y enfoque cuantitativo. Los sujetos de estudio fueron 104 habitantes de la parroquia rural Puerto Misahuallí, parte del cantón Tena, perteneciente a la provincia de Napo, en Ecuador. El instrumento aplicado fue una entrevista. Los resultados obtenidos permiten concluir que las principales sintomatologías clínicas de los pacientes entrevistados fueron la fiebre, tos seca, anosmia y cefalea. Así mismo, las principales comorbilidades presentadas fueron la diabetes, hipertensión arterial y las enfermedades hepáticas. Además, se encontró que las bacterias Klebsiella pneumoniae (n=25; 47.16%), Pseudomonas aeruginosa (n=7; 13.20%) y Gram positivas Staphylococcus aureus (n=4; 7.56%) fueron los más prevalentes en las muestras de esputo y exudados faríngeos realizados a los pacientes. Por último, en la post-intervención los entrevistados coincidieron en que las medidas que más aplicaron durante este periodo para evitar la propagación de la enfermedad fueron el uso de la mascarilla (n=45; 84.9%), la disposición de alcohol en su domicilio (n=45; 84.9%), el lavado de manos frecuente (n=40; 75.5%) y la protección de la boca y la nariz con la asistencia de la flexión del codo al toser o estornudar (n=50; 94.3%).