“…Como advertí más arriba, los estudios de carácter científico o académico en torno a la figura específica del cliente son relativamente recientes, tanto a nivel internacional como en el ámbito español. Si bien, en el caso de aquéllos, encontramos valiosas aportaciones desde el punto de vista empírico (Bouamama, 2004;Farley et al, 2009;Farley et al, 2011;Huschke & Schubotz, 2016;Legardinier y Bouamama, 2006;Xantidis & McCabe, 2000), me centraré en los aportes específicos referidos al contexto sociocultural español, habida cuenta de la dificultad de trasladar resultados entre marcos socioculturales, normativos o políticos tan dispares. En general, las investigaciones que tratan sobre el cliente, bien de manera específica o como parte de trabajos más generales sobre prostitución, suelen incorporar un enfoque taxonómico, tratando de obtener perfiles de los diferentes tipos de clientes, con un marcado interés clasificador y mediante criterios dispares: los factores motivacionales para adquirir sexo comercial (López y Baringo, 2006;Meneses, 2010), actitudes observables respecto a la consideración que tienen de las trabajadoras (Solana, 2003), los paradigmas discursivo de los clientes en torno a diferentes cuestiones relacionadas con la prostitución (Goḿez y Peŕez, 2009; Goḿez y otros, 2015; Meneses, Uroz y Rua, 2018), etc.…”