“…Incluso, cuando el cuestionario autoadministrado se complementa con una mínima entrevista clínica, que pretende identificar molestias y estrategias de afrontamiento asociadas, la precisión para llevar a cabo el diagnóstico de VH aumenta al 92%. Otros autores han buscado diferentes herramientas que definen molestias y síntomas característicos de VH, con intención de evaluar el proceso de la forma más certera posible25, 26. Posiblemente la herramienta más empleada en este sentido haya sido el Cuestionario de Autoevaluación del Control de la Vejiga (CACV), conocido también por sus siglas en inglés B-SAQ, que se ha empleado tanto en mujeres como en hombres26, 27, 28.…”