“…Si adoptáramos un enfoque socioconstruccionista (Gergen, 1996(Gergen, , 1997(Gergen, , 1999(Gergen, , 2001Ibáñez, 1996aIbáñez, , 1996bIbáñez, , 2001, entonces la psicología colectiva se convertiría en la médula espinal de toda la psicología, de forma que no existiría ninguna psicología que no fuera psicología colectiva Y en todo caso, la psicología colectiva, emparentada necesariamente con la psicología cultural, debería erigirse, a mi modo de ver, en un elemento crucial y definitorio de la psicología social., por lo que ésta debería estar profundamente interesada por los fenómenos colectivos y por los grandes procesos macrosociales que los producen, como fue en su día la Revolución Industrial, que tantas modificaciones produjo en la conducta humana y en los movimientos sociales, y como es ahora la Globalización, que también está haciendo lo mismo, sólo que más aceleradamente que entonces. Ello tendría grandes ventajas para la psicología social, incrementándose enormemente su protagonismo social, pues en lugar de ser una disciplina que analiza la realidad social, se constituiría en una instancia central en su construcción.…”