Diversos estudios epidemiológicos, desde los años 1980, han demostrado la existencia de importantes asociaciones estadísticas que evidencian la elevada prevalencia de la co-ocurrencia entre los Trastornos por Consumo de Sustancias (TCS) con Otros Trastornos Psiquiátricos (OTP), 1,2 misma que oscila entre el 20% y 50% en población general y entre el 40% y 80% en población clínica.2 Asimismo los estudios epidemiológicos sugieren que en más de 80% de los casos los OTP iniciaron antes de la aparición de los TCS, de tal forma que las personas con OTP presentan hasta 3 veces más probabilidad de desarrollar TCS posteriormente. [3][4][5][6] También se sabe que esta co-ocurrencia en la mayoría de los casos señala la interacción de varias categorías psicopatológicas diagnósticas, es decir que una persona con TCS puede llegar a presentar más de un OTP. A esta co-ocurrencia se le ha denominado de distintas formas como: Trastornos Co-ocurrentes, Diagnóstico Dual, Desorden Dual o como se ha llamado en español: Patología Dual. 1,2,7,8 Más allá de las distintas nomenclaturas y a la evidente falta de consenso entre clínicos y científicos, la Patología Dual impacta negativamente la calidad de vida y el funcionamiento biopsicosocial de las personas que la presentan, ya que la coexistencia entre TCS y OTP se asocia a elevadas tasas de: gravedad de la adicción y de la sintomatología psiquiátrica co-ocurrente, suicidalidad (ideación y conducta suicida), mayor utilización de servicios de medicina, urgencias, psiquiatría y adicciones, recaídas y abandono de tratamiento, consumo de drogas inyectables, conductas sexuales de riesgo (múltiples parejas y sexo sin protección), contagio de VIH, VHB, VHC y otras enfermedades de trasmisión sexual (ETS), conducta violenta, delictiva, criminal y encarcelamiento, indigencia, vagabundeo y problemas de ajuste social de tipo laboral, escolar, financiero y carga familiar.
2,8-12En síntesis, las personas con Patología Dual presentan altos niveles de deterioro biopsicosocial, situación que incrementa el riesgo de discapacidad y las coloca en un mayor riesgo de marginación social. Pero, ¿por qué hablar de Patología Dual y no sólo de adicción a sustancias? Históricamente la concepción de las adicciones ha venido adoptando distintas orientaciones filosóficas y conceptuales que van desde las religiosas, las existencialistas, las biologicistas, las psicologicistas, hasta las integrativas como la biopsicosocial. 13 Por ejemplo, en 1930 Alcohólicos Anó-nimos (AA) concibió al alcoholismo como una enfermedad alérgica, ya que postuló que la conducta desorganizada, obsesiva y compulsiva es el resultado de la ingesta de alcohol como alérgeno.Esta temprana concepción del alcoholismo impactó no sólo la manera de definir la adicción al alcohol y a otras drogas, sino que también impactó en los modelos y programas para su atención por décadas. Tras la influencia de la filosofía de la ayuda-mutua, pasó mucho tiempo para que la psicología y la psiquiatría lograran adoptar e integrar metodologías y conceptos de otras disci...