“…Debido a que es una de las enfermedades de mayor impacto económico se han generado varias investigaciones que buscan optimizar su control, entre ellas se evaluó el uso de acaricidas orgánicos, entre los que destacan aceites esenciales, ácidos orgánicos, derivados de plantas que, además de presentar una buena eficacia en el control, presentan mínima residualidad en la miel y no dañan a las abejas (Imdorf et al, 1999;Charriere e Imdorf, 2002;Gregorc y Plannic, 2002). En Chile los estudios para controlar esta enfermedad se han orientado a evaluar el efecto de productos de tipo orgánico tales como: Bienenwohl®, Apilife -Var®, Bayvarol®, aceites esenciales de lavanda y laurel entre otros (Schmidt et al, 2008;Schmidt et al, 2005;Neira et al, 2004). Resultan destacables los esfuerzos realizados por Neira y su grupo de investigación, quienes estudiaron el efecto acaricida del timol (Uribe, 2002), el uso de cristales de mentol (Portales, 2003), panales zanganeros (Méndez, 2004), el efecto de residuos de coumafos (Reyes, 2007), ácido fórmico (Pérez, 2007;Vargas, 2003) y ácido oxálico (Silva, 2006) en la población del ácaro.…”