“…La mayoría selecciona a los participantes en base a la presencia de depresión y/o ansiedad, determinada generalmente a través de screening; y varios incluyen sintomatología subclínica. Seis estudios (Chu et al 2016;Chu, Colognori, Weissman & Bannon, 2009;Fereidooni, Gharaei, Birashk, Sahraeian & Hoseini, 2015;Locke et al 2017;Yang, Zhao, Chen, Zu & Zhao, 2018;Zemestani, Davoodi, Honarmand, Zargar & Ottaviani, 2016) utilizan una entrevista clínica para establecer un diagnóstico, sola o junto con algún procedimiento de screening previo, y cuatro (Chu, Hoffman, Johns, Reyes-Portillo & Hansford, 2015;Hershenberg, Smith, Goodson & Thase, 2017;Houghton, Curran & Saxon, 2008;Wesson, Whybrow, Gould y Greenberg, 2013) solamente señalan que los participantes fueron derivados al programa por otros profesionales. Los procedimientos de evaluación fueron muy dispares, empleándose diversos autoinformes estandarizados con distintos puntos de corte para la realización del screening y diferentes entrevistas diagnósticas (Tabla 1).…”