Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de morbilidad y mortalidad en el mundo. Y aunque existen herramientas terapéuticas y farmacológicas que ayudan a controlar la incidencia de desenlaces cardiovasculares con la reducción del riesgo cardiovascular, las inequidades en el acceso oportuno a servicios de salud y de determinantes sociales de la salud impiden que toda la población con esta necesidad pueda recibir esta ayuda terapéutica. Es así, como se da prioridad a las intervenciones no farmacológicas, dentro de las que se destaca, la dieta, la cual ha demostrado influir significativamente en la salud cardiovascular y en la expectativa de vida del ser humano. Particularmente, la dieta mediterránea, basada esencialmente en el consumo de frutas, vegetales, granos, legumbres, aceite de oliva, especias, seguido de proteína derivada de pescado y comida de mar, ha demostrado proveer cierto grado de protección frente a enfermedades cardiometabólicas. Sin embargo, se desconoce con certeza cuál es el impacto en la población con elevado riesgo cardiovascular y, por ende, enfermedad cardiovascular establecida. Considerando la evolución de la evidencia en los patrones dietarios, así como la necesidad de conocer qué tanto impactan las dietas viables en nuestro medio, sobre todo en aquellos con mayor riesgo de morbilidad y mortalidad por enfermedad cardiovascular, el objetivo de esta revisión consiste en exponer evidencia actualizada sobre los beneficios de la dieta mediterránea en individuos con elevado riesgo cardiovascular. Para esto, se realizó una búsqueda bibliográfica en las bases de datos PubMed, Science Direct y Scielo.