“…Ahora bien, integrando el transporte público sostenible y el uso de la bicicleta, surge una estrategia que complementa, como ya se indicó, la movilidad de la ciudad, este es el caso de la Intermodalidad, que no es más que la integración de diferentes modos de transporte en búsqueda de la sostenibilidad de un territorio; de esta manera la Intermodalidad de transporte sostenible en la ciudad permite la integración no solo de las dos estrategias previamente mencionadas, sino también de algunas otras que posibilitan gestionar la operación, como son las soluciones móviles para compartir el uso de bicicletas y vehículos, dichas aplicaciones aparte de permitir utilizar los servicios de transporte, constituyen un insumo fundamental de información que ayuda a la planificación de las estrategias de movilidad sostenible, aportando datos tanto de uso como de preferencias en materia de movilidad . Por otra parte en la Intermodalidad también se integran otros elementos que hacen de ella cada vez más sostenibles; la electromodalidad en este escenario se presenta como alternativa que continuamente mejora, integrando elementos como las aplicaciones móviles que permiten realizar mediciones y evaluaciones, aportando en la planificación de los viajes, con la finalidad de no sufrir algún impase, se habla entonces de la implementación por parte de los fabricantes de vehículos de aplicaciones que miden el nivel de carga y el kilometraje que resta, adicional se cuenta con información disponible de la red de carga de la ciudad (Breuer, Spichartz & Sourkounis, 2019). En este mismo sentido se suman las bicicletas eléctricas e inclusive las patinetas eléctricas, como implementaciones soportadas de la electricidad como energía de propulsión, aportando a la Intermodalidad y en definitiva a la sostenibilidad de los territorios.…”