Gangrena de Fournier (GF) responde a una emergencia quirúrgica que evoluciona rápidamente y se disemina desde las capas más externas hasta las capas más internas de la fascia, se extiende a nivel del área genitourinaria, perineal o perianal, pared abdominal anterior y llegando a afectar órganos vitales. La incidencia es de alrededor de 1,6 por 100.000 hombres, lo que indica que haya más prevalencia en el hombre que en la mujer a experimentar esta afección, con una proporción de 10:1; En promedio, ocurre en adultos aproximadamente entre 30 a 60 años. Sin embargo, puede afectar a todas las edades y género. En el examen físico al inicio de la preclínica se presenta con signos inflamatorios de leve intensidad tales como: rubor, calor, edema circundante a nivel de la región del perianal, este inicia con una mancha negra que se le denomina signo de Brodie, pero a menudo que avanza la clínica, se acompaña de un dolor intenso e hipersensibilidad en los genitales, se observa áreas pequeñas de tejido desvitalizado provocando una fascitis necrotizante, exudado purulento, olor fétido, crepitación. Realizar un artículo científico que brinde información sobre el manejo actual del tratamiento de la gangrena de Fournier con fácil acceso y compresión, tanto para el público en general como para el personal de la salud. Se desarrolló un artículo de estudio retrospectivo, descriptivo que incluyó una recopilación y revisión sistemática de revistas científicas actualizadas en los últimos 5 años, guiadas en bases de datos y en revistas de alto impacto médico en idioma inglés y español. Se llevó a cabo un artículo de revisión bibliográfica con alto impacto en cuanto al manejo actual del tratamiento, basados en estudios de profesionales expertos en el tema, así mismo gracias a las últimas investigaciones realizadas, se pudo llegar a conocer los métodos alternativos para tener buenos resultados estéticos en las áreas afectadas por la GF. La condición fatal conocida como gangrena de Fournier, debe ser intervenida como una emergencia quirúrgica. Las recomendaciones actuales indican el uso de terapia de presión negativo, terapia con oxígeno hiperbárica, para el cierre de heridas el uso de injertos de piel o colgajo, e incluso se mencionó el uso de inmunoglobulinas intravenosas e intercambio terapéutico de plasma, no obstante, la información disponible en la actualidad a un no disponen de resultados que consoliden el uso de este tratamiento.