“…Ahora, el lenguaje no solo tiene una función comunicativa, sino que también es una forma de acción e interacción, constituyéndolo un componente clave en la formación docente (Jarpa y Becerra, 2019). Esto demanda la atención sobre cómo los sujetos, al hablar, no solo expresan su pensamiento, sino que también actúan unos sobre otros y producen conocimientos (Cutrera, et al, 2021). Estos efectos del lenguaje en la formación docente se dimensionan a través de las prácticas discursivas, las cuales están instauradas en el currículo, de allí, un interés por la inclusión de la reflexión pedagógica en la formación docente (Ruffineli, 2021), la cual no es ajena al reconocimiento de las identidades docentes, instauradas en las prácticas educativas de los docentes, mediadas por unos discursos predominantes (Rech y Boff, 2021).…”