“…Por el contrario, los problemas en el funcionamiento familiar se han relacionado con síntomas internalizantes y externalizantes en los hijos adolescentes (Wiggins, Mitchell, Hyde, & Monk, 2015;García et al, 2018) como depresión (Thomassin, Suveg, Davis, Lavner, & Beach, 2017;Freed, Rubenstein, Daryanani, Olino, & Lauren, 2017), ansiedad (Simpson, Vannucci, & Ohannessian, 2018;Oppenheimer et al, 2016; Callejas-Jerónimo, Suárez-Relinque, Musitu-Ferrer, & Musitu-Ochoa, 2020), violencia escolar (Garcés-Prettel, Santoya-Montes, & Jiménez-Osorio, 2020; Romero-Abrio, Musitu-Ochoa, Callejas-Jerónimo, Sánchez-Sosa, & Villareal-González, 2018;Cerezo, Ruiz-Esteban, Lacasa, & Arense, 2018;Bonilla, Nuñez, Domínguez, & Callejas, 2017;Estévez, Jiménez, & Cava, 2016), victimización escolar (Nuñez-Fadda, Castro-Castañeda, Vargas-Jiménez, Musitu-Ochoa, & Callejas-Jerónimo, 2020;León-Moreno et al, 2020;Castro, Nuñez, Musitu, & Callejas, 2019), uso de substancias (Riquelme, Garcia, & Serra, 2018), ciberacoso (Romero-Abrio et al, 2019;Martínez-Ferrer et al, 2019) uso problemático del móvil (Santana-Vega, Gómez-Muñoz, & Feliciano-García, 2019) conductas de riesgo sexual, así como conductas antisociales en los adolescentes (Johnson, Giordano, Longmore, & Manning, 2016). Los argumentos expuestos respecto a la importancia de la familia en el bienestar del adolescente justifican la validación de este instrumento que evalúa con rigor -fiabilidad y validez-las dimensiones de funcionamiento familiar que impactan en su ajuste psicosocial (Hamilton & Carr, 2016).…”