En óptica la interferencia se ha descrito como resultado de la superposición de ondas de luz en el espacio ordinario. Sin embargo, esta descripción fenomenológica no parece ajustarse a la interferencia no-paraxial con fotones individuales en el espacio ordinario debido a la naturaleza corpuscular de los fotones y a que solo un fotón se mueve en la configuración en cada momento. El operador cuántico de interferencia, deducido del modelo matemático exacto (no-paraxial), indica que la morfología espacial de la interferencia es independiente de la presencia de fotones en la configuración y permanece inalterada en su ausencia. Esto sugiere una nueva interpretación de la interferencia en términos del confinamiento de los fotones en estados geométricos del espacio ordinario. Se discuten aquí las implicaciones físicas y fenomenológicas de esta nueva interpretación de la interferencia.