“…En el caso presentado el quiste sinovial tiene una etiología claramente causada por la disfunción del tendón del tibial posterior asociada/ provocada a/por un pie pronado en la articulación subastragalina y, además, prolongada en el tiempo (por el engrosamiento del tendón, como determinó el estudio ecográfico). Si existe una gran cantidad de métodos de tratamiento conservador de la disfunción de la disfunción del tendón del tibial posterior 8,21,17,22 y de la articulación subastragalina pronada y patológicamente compensada en supinación de antepié, la estructuración de la alteración funcional de la paciente del caso presentado (de 69 años), con una articulación astrágalo-navicular prácticamente rígida, impiden aplicar en su totalidad los objetivos terapéuticos propios de la disfunción del tendón del tibial posterior que son, siguiendo a Pascual et al, controlar el dolor, favorecer la remodelación tisular, evitar la aparición o progresión de la deformidad, mejorar la alineación antepié/ retropié y la funcionalidad del paciente 23 . En el caso presentado, se ha podido constatar que la utilización de soportes plantares (estabilizadores, compensadores y/ o correctores) para el tratamiento del pie pronado y para la disfunción del músculo tibial posterior (que ha sido propuesta y utilizada con éxito por numerosos autores 8,24,25,26 ) sirvió para el doble objetivo de compensar las alteraciones en la biomecánica de los pies y evitar la recidiva del quiste sinovial.…”