La lectura literaria escolar es una preocupación permanente y múltiple, sin embargo, en Latinoamérica se han invisibilizado, en general, perspectivas científicas y analíticas que exceden, política y epistémicamente, su relación con la medición tecnificante y con la supuesta independencia entre el observador y la observación. En este contexto investigativo, es posible afirmar que existe un diálogo poco explorado: la relación entre justicia simbólica y prácticas lectoras, más concretamente, la relación entre inclusión, exclusión y lectura escolar de textos literarios.
En consecuencia, el objetivo de este artículo es analizar, en experiencias de lectura literaria escolar, diversos mecanismos de inclusión y exclusión desde la perspectiva crítico-analítica de la justicia simbólica. Específicamente se propone: 1.- describir las experiencias reportadas por estudiantes de distintos tipos de escolarización (pagada, pública y mixta), 2.- distinguir disposiciones de exclusión e inclusión y, 3.- situar dichas disposiciones en coordenadas epistémicas que permitan reflexionar en torno al carácter político de la lectura literaria escolar.
Metodológicamente, el trabajo se inserta en un paradigma pospositivista que reconoce la multiplicidad de experiencias como ocurrencias siempre legítimas, constructivas de realidad y dependientes de los contextos socioculturales donde operan los acontecimientos lectores. Con un diseño biográfico-narrativo de enfoque cualitativo, se aplicarán dos técnicas de producción de información (escritura de incidentes críticos y entrevistas semiestructuradas de trayectorias lectoras) que permitirán, en términos analíticos, examinar desde el análisis crítico del discurso un corpus de 12 experiencias reportadas por 6 estudiantes chilenos, en tres niveles: textual, como práctica discursiva y como práctica social.
Entre los resultados destacan:
1.- Las condiciones político-didácticas de las llamadas “buenas experiencias de lectura”, no reconocen la mediación pedagógica y se corresponden, en general, con ocurrencias débilmente devenidas del discurso curricular. Por el contrario, las llamadas “malas experiencias de lectura”, son consecuencia de mediaciones pedagógicas informadas por sustratos técnicos, universales y acríticos (desprendidos del currículum oficial).
2-. Los principales mecanismos de exclusión operan como cristalizaciones de una postura epistémica que niega la dependencia entre el observador y la observación, materializándose en invisibilizaciones biográficas, expresiones homogéneas y autoasimilaciones lectoras. Contrariamente, los principales mecanismos de inclusión están mediados por disposiciones extraescolares que se concretan en procesos poéticos y catárquicos, gatillados siempre por recurrencias sociales, tradiciones familiares o intereses estético-creativos.