Construcción de Identidad en Jóvenes Infractores de Ley, una Mirada desde la Psicología Cultural

Abstract

Este artículo aborda el proceso de construcción de identidad delictiva a través de unanálisis teórico psicocultural que se nutre de distintas fuentes de la psicología contemporánea y otras disciplinas, derivando en el planteamiento de este proceso como determinante del surgimiento y consolidación de las conductas delictivas. Se argumenta que la infracción de ley configurada en un patrón de conducta recurrente, en el caso de un número importante de jóvenes, es la resultante de un proceso que tiene fuertes vinculaciones con un medio social desventajoso, que genera inseguridad, estrés, desesperanza y dificultades para resolver necesidades básicas materiales y psicológicas. Estos aspectos, entre otros, propician la construcción de una realidad social que ubica a determinados jóvenes al margen de los estándares socialmente aceptados. Finalmente, a la luz del análisis teórico, se proponen algunas estrategias generales para abordar esta dimensión de nuestra realidad.

Psychosocial risk factors in young offenders

“…Close coexistence with groups of persons with criminal tendencies, added to a family that cannot guide or discipline, lead to a point where a young person ends up living in an organised system to the extent that any nearby external environment does not affect their assumptions, which justifies their behaviour as a rule breaker. The consequence is that the young person builds up a representation of themselves based on their criminal skills and their ability to effectively transgress the norms 9 .…”

Sujeción Criminal E Identificación Cultural en Condenados Mapuches Y No Mapuches De La Unidad Penal De Nueva Imperial, Región De La Araucanía, Chile

“…Los elementos que refuerzan la idea de autopercibirse como sujetos propensos al delito, representado por los condenados no mapuches, se basa por un lado en la construcción de identidad en la adolescencia, periodo donde comienza a producirse la definición de sí mismo en base a los valores y prácticas delictivas. Esta primera etapa de socialización se da en un contexto de inestabilidad, que se proyecta en las distintas áreas de la vida familiar, así como también la identificación con el grupo de pares, donde el rol que cumple el grupo se potencia en la medida que es una instancia de referencia, pertenencia, afecto e identificación, que favorecen las pautas de funcionamiento delictivo (Zambrano y Pérez-Luco, 2004). Pero, por otra parte, la constante entrada y salida de las instituciones de protección, rehabilitación, control social y el medio en el cual se desenvuelve habitualmente con sus pares, conlleva a que aumente el compromiso delictual, o la llamada "carrera delictiva" (Zambrano, 2001).…”

“…Por tanto, el sentido de sí mismo, ante sí y ante los demás, se configura en base a pautas de valoración distanciadas del orden social establecido en la cultura global, pero fuertemente arraigada y compartida con un grupo social de referencia que valida reglas, roles y representaciones sociales dentro de una contracultura delictual, configurándose de esta manera los elementos que definen la identidad delictiva. En base a esta identi-dad es que las personas pueden sentirse parte de una cultura propia, y no fuera de la sociedad (Zambrano y Pérez-Luco, 2004). Todo este proceso de identidad y contracultura delictiva a la cual pertenecen los no mapuches, permiten aceptar e interiorizar las condiciones de ser un sujeto criminal, o como lo refiere Misse (2010aMisse ( , 2010b) "lleva el crimen en su propia alma", asumiendo su condición de ser delincuente, donde el delito vendría siendo parte de su vida, considerando los costos y beneficios del actuar delictivo.…”