“…Si bien la motivación es una variable decisiva para la obtención de buenos resultados en el tratamiento, con independencia de las dosis administradas (Zeldman, Ryan y Fiscella, 2004), muchos estudios coinciden en constatar que los pacientes encuentran diversas barreras para entrar y permanecer en los programas de metadona: el trato recibido por el equipo terapéutico y la consideración de "enfermos", los largos tiempos de espera, la inflexibilidad en la prescripción de dosis, la ocultación de las dosis recibidas, la probable estancia indefinida, la consideración de recibir dosis demasiado altas o la falta de participación requerida en su dosificación, entre otros (p. ej., Al-Tayyib y Koester, 2011; Deering et al, 2011;Peterson et al, 2010). En sentido contrario, la satisfacción con el tratamiento recibido, la asistencia a actividades psicoterapéuticas y la sensación de que el tratamiento resulta beneficioso, son cuestiones que mejoran la retención con independencia de las dosis recibidas (Kelly, O'Grady, Brown, Mitchell y Schwartz, 2010;Montgomery, Sanning, Litvak y Peters, 2014;Vanderplasschen, Naert, Vander Laenen y De Maeyer, 2014), de modo que la satisfacción presenta una capacidad predictiva sobre la retención de la que carece la dosis administrada (Kelly, O'Grady, Brown, Mitchell y Schwartz, 2011).…”