“…El chamanismo, tema clásico de la antropología, persiste como tópico de interés, pero centrado en las transformaciones de las prácticas chamánicas y su papel en la afirmación de la revitalización indígena y cultural estimulada, al menos en parte, por el surgimiento de políticas públicas que reafirman la diversidad cultural. Además de su papel en relación con la cosmopolítica y la salud, el chamanismo, como expresión de la medicina tradicional, constituye una forma de capital simbólico que expresa la afirmación de la identidad ante la sociedad circundante (70,71,72,73) . Langdon (74) sostiene que los chamanismos contemporáneos deben ser entendidos como prácticas dialógicas que surgen de la articulación con grupos no indígenas, así como con las políticas públicas, resultando en la apropiación de conocimientos y objetos de la sociedad hegemónica, como es el caso de los guaraníes del sur de Brasil que adoptaron la ayahuasca (Banisteriopsis caapi) en sus prácticas rituales.…”