Este trabajo pretende poner de manifiesto la relevancia de África y de la población colonizada marroquí en la gestación de la identidad y del imaginario de los africanistas. Para procurar este objetivo, los autores exploran la imagen que los africanistas tuvieron del enemigo; una imagen siempre contradictoria, que conjugaba el esperable odio con algunas dosis de admiración. El artículo plantea, por último, la posibilidad de que la oficialidad colonial experimentara un fenómeno de asimilación discursiva de la africanidad como resultado, en parte, de su prolongado contacto con los magrebís y, en parte, de su lectura darviniana y decadente de la realidad nacional. Gracias al estudio de múltiples testimonios de los protagonistas de las contiendas y desde las premisas de la historiografía militar más volcada en la dimensión cultural de la guerra, se admite, en primer término, la tesis historiográfica de que la población colonizada sufrió un proceso de aculturación. En segundo lugar y, sobre todo, se ahonda en las particularidades del imaginario africanista y, también, en el sentimiento de admiración que estos oficiales experimentaron hacia sus enemigos.