Puesto que el puente de Rande es un punto de cruce esencial en la zona de la Ría de Vigo, era imprescindible que todo trabajo necesario para construir su ampliación no interrumpiera el tráfico ni afectase el entorno marino del estrecho de Rande. Por esta razón, el método de construcción del nuevo tablero tuvo por objeto minimizar las restricciones de tráfico manteniendo siempre un carril abierto en cada sentido y el no afectar el entorno, cumpliendo con la limitaciones impuestas por el puente existente.
La flexibilidad lograda al respecto del orden de izado de las dovelas así como los elementos dispuestos para el ajuste de los bordes, la simplicidad de la losa de hormigón o la afinada instalación de los tirantes, han permitido una ejecución en tiempo récord, todo ello sin interrumpir o afectar al tráfico más que en horas puntuales siempre en horario nocturno.
Mención especial merecen las dovelas iniciales, 2 en cada torre, cuyo proceso de izado e instalación ha requerido de un particular izado utilizando el elemento emplazado sobre cada pilono así como un arriostramiento y sistema de guiado dadas sus particulares dimensiones de más de 50 m de longitud, especialmente en el lado de las grúas torre donde se debieron agujerear temporalmente para permitir el paso de éstas.
Por otra parte, el exhaustivo control geométrico y la capacidad de ajuste prevista han permitido una geometría final fiel a la planificada, logrando que la ampliación del Puente de Rande, primera de su tipo en el mundo, haya resultado todo un éxito.