El sector vitivinícola es un pilar importante en el comercio silvoagropecuario chileno hacia el mercado externo, con 112.056 ha destinadas a la producción de vino, y retornos de más de US$ 258 millones por exportación en enero-abril de 2006 (ODEPA, 2007). La vid (Vitis vinifera L.) tiene relativamente pocas plagas en Chile, especialmente las vides destinadas a la vinifi cación, en las que el daño cosmético tiene escasa importancia. Sin embargo, la mielecilla producida por chanchitos blancos (Pseudococcus ((spp.; Hemiptera: Pseudococcidae) permite el desarrollo de fumagina (Cladosporium spp.), que confi ere a los vinos características organolépticas indeseables (Sazo, 1995; Zaviezo, 2002). Además, estos hemípteros son vectores de algunos virus de la vid (ej. Grapevine corky bark virus, Grapevine virus B, and Grapevine leaf roll virus II) que disminuyen severamente la producción y el contenido de azúcar en los mostos (Auger y Esterio, 1998). El chanchito blanco de la vid, Pseudococcus viburni (Signoret) [= P. obscurus Essig = P. affi nis (Maskell)] es el pseudocóccido más abundante en los viñedos chilenos (Zaviezo, 2002). Se encuentra en muchas especies de plantas, incluyendo frutales, cactáceas suculentas, plantas forestales y ornamentales, malezas de hoja ancha, vegetación natural arbustiva, hortalizas y forrajeras, desde la III a la IX Región administrativa de Chile (Prado, 2001). A pesar de ser una especie cosmopolita, tiene gran importancia cuarentenaria, y puede