“…Ello se debe a que el retroperitoneo es un espacio al cual el HPC se va adaptando durante su lento crecimiento, pudiendo permanecer clínicamente silente durante tiempo 8 . La sintomatología vendrá marcada por la compresión o invasión de órganos y estructuras adyacentes, así como por la palpación de la propia masa tumoral 1,5,7,8 . Además, el HPC en ocasiones se asocia a algunos síndromes paraneoplásicos (ginecomastia, crisis hipoglucémicas, hipertensión y osteomalacia), los cuales revierten tras la extirpación de la lesión 1,3,7 .…”