“…El predominio de la figura masculina en la ciencia y la universidad tomaba en aquellos años, un protagonismo significativo (Canales, 2006;González & Payá, 2017). Las mujeres que lograban acceder a este nivel educativo superior, se aproximaban a aquellas parcelas del saber vinculadas con la condición femenina que les había sido inculcada en la familia y en la escuela, por ello, su presencia resultaba ser mayoritaria en ámbitos relacionados con la sanidad y la educación (Hernández, Torralba, & Navarro, 2013;San Román, 2001).…”