La falta de cohesión social supone un reto para las sociedades de nuestro entorno sociopolítico y cultural. La amistad cívica, aunque tiene carácter ambivalente, puede ser una vía para afrontar este desafío. El objetivo del artículo es doble: analizar las emociones asociadas a la amistad cívica de acuerdo con un modelo jerárquico propio; y proponer orientaciones para su implementación educativa, mediante acciones concretas que preceden o acompañan a las emociones. Este trabajo es teórico y concluye que las emociones específicas de la amistad cívica son las emociones orientadas al otro y que, paradójicamente, siendo la amistad cívica ventajosa, se educa trabajando emociones desinteresadas.