En años recientes, se ha buscado el desarrollo y aplicación de recubrimientos comestibles que sean seguros, biodegradables y con adecuadas propiedades tecnológicas y funcionales que ayuden a extender la vida de anaquel de frutas y hortalizas. El quitosano es uno de los biomateriales con mayor potencial para la elaboración de recubrimientos comestibles. Sin embargo, su principal desventaja es la alta permeabilidad al vapor de agua que exhibe, por lo que, una alternativa para mitigar esta limitante, es su funcionalización mediante la incorporación de compuestos orgánicos (aceites esenciales, extractos naturales, ácido ascórbico, hidrolizados de proteína, polisacáridos) e inorgánicos (SiO2, TiO2, ZnO, Ag y montmorillonita), además, de la adición de microorganismos (levaduras) a la matriz polimérica. El quitosano funcionalizado, aplicado a productos hortofrutícolas, ha mostrado mejores resultados (mayor vida de anaquel y cambios mínimos en parámetros de calidad) que los obtenidos al emplear quitosano sin funcionalizar. El objetivo de esta revisión es describir y discutir los beneficios y limitaciones de la funcionalización del quitosano y su aplicación en productos hortofrutícolas.