Resumen. Existe evidencia de que gran parte del cambio climático es causado por las emisiones de gases de efecto invernadero (GHG), siendo la vitivinicultura una de las actividades responsables. El uso del combustible en la maquinaria agrícola, el empleo de fertilizantes y el consumo de energía en las bodegas, entre otros motivos, contribuyen a estas emisiones. A su vez, el sector del vino es uno de los más vulnerables por su estrecha interacción con las condiciones ambientales, y concretamente en España es especialmente sensible por su situación geográfica y sus características socioeconómicas. Por tanto, el cambio climático constituye uno de los retos ambientales más importantes para este sector, y la puesta en marcha de medidas de mitigación y adaptación se plantea como una posible solución para cumplir con los objetivos de 2020 y favorecer la transición hacia una economía baja en carbono. El objetivo de este trabajo es ofrecer un panorama de los principales impactos ambientales provocados por la vitivinicultura y presentar las medidas de mitigación más comunes que permiten gestionar dichos impactos. Este trabajo pretende servir de guía de buenas prácticas para todas aquellas bodegas que han tomado conciencia de la importancia de llevar a cabo acciones concretas para aliviar el cambio climático.
IntroducciónEn la actualidad existe un consenso científico, casi generalizado, en torno a la idea de que nuestro modo de producción y consumo energético está generando una alteración climática global, que provocará, a su vez, serios impactos tanto sobre la tierra como sobre los sistemas socioeconómicos. El impacto de este cambio climático es enorme, con predicciones de falta de agua potable, grandes cambios en las condiciones para la producción de alimentos y un aumento en los índices de mortalidad debido a inundaciones, tormentas, sequías y olas de calor. En definitiva, el cambio climático no es un fenómeno sólo ambiental sino de profundas consecuencias económicas y sociales [1-2].El clima y su variabilidad inciden en muchos ámbitos, pero el sector agrario, en general, y el sector vitivinícola, en particular, presentan una mayor vulnerabilidad ante el cambio climático [3]. El vino necesita de unas determinadas condiciones ambientales, por lo tanto, no es difícil deducir que un aumento de la temperatura o disminución de las lluvias puede traer consecuencias para los viñedos. Temperaturas más frías que las normales dan lugar a una maduración incompleta con alto contenido en ácido, bajo contenido de azúcar y sabores inmaduros; mientras que temperaturas más cálidas de lo normal crean fruta demasiado madura con bajo contenido de ácido y alto contenido de azúcar y de alcohol [4]. La capacidad de adaptación de la vid a estos cambios dependerá de muchos factores, unos intrínsecos, como la variedad de la uva, y otros extrínsecos como las medidas preventivas aplicadas durante el proceso de cultivo, así como, los métodos de producción utilizados para la elaboración del vino [5].Aunque en apariencia el cultivo de la vid parece u...