El conocimiento es pieza clave para afrontar cualquier enfermedad, pero se tiene pocos estudios basales de cuando empezó la pandemia del COVID-19. El objetivo fue el determinar la asociación entre ser población vulnerable y el bajo conocimiento que tuvieron los pobladores en 17 ciudades del Perú al inicio de la pandemia. Se midió el conocimiento mediante una escala de nueve preguntas, que indaga acerca del mecanismo, los síntomas y las consecuencias; esto se cruzó versus variables socio-demográficas mediante la estadística analítica. De los 3913 encuestados, los menores conocimientos fueron acerca de cómo reaccionar ante síntomas de un resfrío y qué tratamiento debe seguir una persona que tiene infección inicial no grave por coronavirus (37% y 53% de respuestas correctas; respectivamente). En el análisis multivariado, los que tuvieron menores porcentajes de un mal nivel de conocimiento de la enfermedad fueron los que tenían estudios superiores (RPa: 0,74; IC95%: 0,62-0,88; valor p=0,001), entre los que tenían algún post grado (RPa: 0,59; IC95%: 0,43-0,68; valor p<0,001), entre los que eran parte del personal de salud (RPa: 0,15; IC95%: 0,05-0,46; valor p=0,001) y entre las mujeres (RPa: 0,84; IC95%: 0,73-0,96; valor p=0,009), en cambio, a mayor edad hubo un peor nivel de conocimientos de la enfermedad (RPa: 1,012; IC95%: 1,005-1,018; valor p=0,001), ajustado por 4 variables. Se tuvo un bajo conocimiento en algunos aspectos y esto se asocia a algunas características específicas según ser considerado de población vulnerable.