“…Los pacientes pueden manifestar dolor, pesadez, hinchazón, aumento de peso de la extremidad, disminución de la función de las extremidades, daño estético y disminución de calidad de vida, y además desarrollar hiperqueratosis, acantosis, ulceraciones cutáneas, placas papilares e infecciones recurrentes, además puede generar depresión y ansiedad. Por todo esto debe ser considerado como una enfermedad crónica (2,3) .…”