“…En los últimos años, el envejecimiento de la población ha fomentado el interés y la preocupación por conocer qué determina la calidad de vida en las personas mayores, aumentando el número de estudios destinados a este colectivo [1][2][3][4][5] . Los estudios sobre calidad de vida se concretan en dos tipos de perspectivas: por un lado, el enfoque positivo de la investigación social, centrado en aspectos positivos como la autonomía, la autoestima, la actividad social y la satisfacción con la vida, y por otro, el enfoque negativo de la gerontología clínica, en el que de forma normativa se atribuye una declinación global del individuo en la vejez, encaminando el interés en las necesidades de cuidados de las personas mayores dependientes 4 .…”