“…El forzado retorno de la familia al hogar por los confinamientos, bien por la suspensión o pérdida de empleos bien en situación de teletrabajo, renueva el debate sobre el reparto del cuidado entre la familia, el mercado, el Estado, el llamado tercer sector y la comunidad (Fine y Tronto, 2020;Moré, 2020;Ochsner, Szalma y Takács, 2020;Cañete, 2020;Daly, 2021). Las decisiones sobre el mantenimiento o suspensión de servicios esenciales, la consideración del SAD como uno de ellos junto con la valoración de su necesidad caso por caso, por entenderse que se cuenta a partir de la pandemia con cuidadores dentro de las familias, o las decisiones de estas en torno a las personas empleadas como cuidadoras son ejemplos de cuestiones abiertas en el último año (Fine y Tronto, 2020;Moré, 2020;Daly, 2021). El mantenimiento del SAD en atención de quienes más lo necesitaran ha podido permitir incidir en la valoración positiva de un trabajo comprometido, socialmente útil y necesario para los usuarios.…”