“…La literatura y la evidencia empírica han manifestado que la política fiscal en países en desarrollo ha tenido una tendencia histórica procíclica, característica propia de la aplicación de política fiscal correlacionada al desempeño de ciclos políticos en gran medida y, de las estructuras productivas primario-expor-tadoras que hacen dependientes las cuentas fiscales a ingresos provenientes de recursos renovables (commodities) altamente volátiles, esto añadido a un gasto fiscal rígido, ingresos fiscales pre-asignados, dificultad de acceso a mercados de capitales (muchas veces imperfectos), marcos institucionales fiscales débiles y altos niveles de evasión y/o elusión fiscal. (Alberola, Braun, Cordella & Montero, 2006;Alesina, Campante & Tabellini, 2008;Gómez, Jiménez & Podestá, 2010;Mesías & Vásquez, 1999;Martorano, 2018) Frankel, Vegh & Vuletin (2013) analizan la ciclicidad de la política fiscal que difiere entre países por grupos de ingresos. En este sentido, bajo un enfoque de impulso fiscal, los países industrializados muestran una correlación negativa entre los componentes cíclicos del gasto gubernamental real y la parte cíclica del Producto Interno Bruto (PIB) en términos reales, lo que implica que el gasto ha tenido un comportamiento contracíclico, esto difiere completamente a la conducta de una gran cantidad de los países en vías de desarrollo donde la correlación ha tenido un comportamiento positivo (procíclico) (Ilzetzki & Végh, 2008).…”