El debate teórico sobre la nación y el nacionalismo se ha centrado demasiado a menudo en fijar fronteras temporales y localizar geográficamente el fenómeno. Ese debate (quizá estéril) sobre el origen temporal y espacial de la nación y el nacionalismo ha enfrentado en las últimas décadas fundamentalmente a dos paradigmas, (neo)perennialismo y modernismo. Como es conocido, la teoría modernista fija en el final del s. XVIII y principios del XIX el inicio de la “era de la nación y los nacionalismos”, cuando la industrialización está fortaleciendo el papel de la burguesía y ésta comienza a apoyar reformas de carácter civil y político que modificarán los principios de soberanía. Por el contrario, los neoperennialistas, sobre todo apoyados en la revisión histórica de Hastings, se remontan a una época premoderna para datar el inicio de la nación y suelen recurrir al modelo inglés de formación del Estado y la nación (frente al modelo francés, postulado por gran parte de los modernistas). A pesar de los planteamientos antagónicos de ambos paradigmas, en este trabajo se destacarán los puntos de encuentro, para dar lugar a una visión ecléctica de los orígenes del fenómeno, que conectará en cierto modo con el etnosimbolismo y otras propuestas eclécticas.