“…A su vez, las imágenes de pensamiento, al operar visualmente, son capaces de generar yuxtaposiciones en un montaje que evita la progresión, y que se hace patente en la disposición espacial de los textos en el libro que nos ocupa, cuyas páginas fueron diseñadas emulando una calle.6 Si bien aquí nos centramos sólo en algunos matices y sentidos del motivo de la imagen en Benjamin, en función de llamar la atención sobre el cruce entre los lenguajes del arte y la filosofía que se pone en juego en el siglo XX, el tema es inagotable y ha sido exhaustivamente estudiado. En especial, recomendamos para este tema la lectura deWeigel (1999),Zumbusch (2004), y, sobre el concepto -clave en la obra de Benjamin-de imagen dialéctica, Hillach (2014).7 Benjamin las llamó renuentemente, como menciona en una carta a su amigo Gershom Scholem, "aforismos" -se refiere al libro como "Aphorismenbuch"-. Fue Adorno quien las bautizó "Denkbilder", "imágenes de pensamiento", usando, como apunta Leslie, una palabra que había sido introducida al alemán por Stefan George en una discusión sobre Mallarmé, para expresar "una representación concentrada de la experiencia, filtrada a través de imágenes, donde la presentación de los objetos era su propio comentario filosófico"(Leslie, 2007, p. 105).…”