Este capítulo ofrece una reflexión epistemológica en torno al deterioro de las nociones de verdad y objetividad como fundamento de la autoridad institucional del periodismo, a partir de la cual se caracteriza el auge de la cultura de la verificación periodística como una de las enmiendas más sólidas al daño que la desinformación digital inflige en el debate público de las sociedades democráticas. Frente a los desórdenes informativos contemporáneos, esta vertiente de la especialización profesional despliega medidas correctivas y pedagógicas que sirven de complemento a las prudentes iniciativas regulatorias impulsadas por gobiernos y a las perfectibles soluciones tecnológicas que implantan las grandes corporaciones digitales. Así, el presente trabajo articula diversas contranarrativas de la verdad con las que el periodismo combate la desinformación: desde el empleo de un gatekeeping reflexivo a la construcción de agendas ponderadas y la realización de meticulosas comprobaciones, siempre apoyadas en la información contextual, el uso estratégico del lenguaje, el manejo preciso de los datos y la eficacia de las rectificaciones. En última instancia, se profundiza en los límites del fact-checking en un escenario de polarización afectiva marcado por el aislamiento intelectual que propiciaría el consumo de información online y los divisivos discursos propios del populismo. Las conclusiones alcanzadas invitan a comprender el periodismo de verificación como una fórmula esencial —aunque no siempre suficiente— para sanear el ecosistema informativo a través de un marco de prácticas periodísticas genuinas que contribuyen a perfeccionar el proceso de producción de informaciones, fortalecer la rendición de cuentas pública y estimular la capacidad crítica de la ciudadanía.
Palabras clave: desinformación, objetividad, polarización, verificación, fact-checking, populismo.