“…La actividad turística aporta beneficios económicos, crea oportunidades de empleo generando ingresos a las comunidades locales, vislumbrando un potencial de al mejoramiento del bienestar y calidad de vida; sin embargo con el propósito de garantizar un desarrollo sostenible del turismo, es preciso llevarlo a cabo desde la planificación, entendida como un proceso racional y ordenado para alcanzar el crecimiento o desarrollo turístico (Godfrey, y Clarke, 2000), que dada su estrecha relación con otros sectores, como la industria manufacturera, la agricultura y el sector de servicios; permite crear amplios efectos multiplicadores que estimulan las economías locales y a la vez proporcionan nuevas fuentes de ingresos para la población local (GIZ, 2014), y una excelente estrategia que facilita visualizar con anticipación los problemas que la actividad puede generar en los destinos locales (Ibañez et al, 2021). Yumisaca et al, (2020) examinan alternativas de planificación para el desarrollo de las localidades en el campo del turismo, analizando enfoques de intervención desde arriba (top -dow), e iniciativas desde abajo (bottom-up); por una parte se necesita la ayuda e intervención del gobierno en políticas, mejora de infraestructura, apoyo en proyectos, y desde la otra parte, la participación de la comunidad, el compromiso, apropiación social y aportes para planificar su priopio desarrollo. Por tanto, Diez et al, (2013) reconocen la capacidad del sector privado para dinamizar la economía y del Estado para garantizar los derechos de los más vulnerables, de tal forma que los planes no se queden en programas y proyectos formulados, pero difícilmente ejecutados.…”