“…De e sta manera, la visibilización del rol de las mujeres en la guerra no había sido de interés por parte de la academia, toda vez que entraña una suerte de sesgo de género en el que comúnmente se vincula a la mujer en contexto de conflicto armado con el de víctima, madre, cuidadora, protectora de la vida y no con el imaginario de guerrera. Por ello, estas investigaciones y otras que le precedieron (Sonia TORRES, 2010;Elvira SANCHEZ-BLAKE, 2012;Juanita ESGUERRA, 2013;Natalia ESCOBAR, 2020;Mónica LONDOÑO, 2014;Luisa DIETRICH, 2014;Yuly MEJÍA;Priscyll ANCTIL-AVOINE, 2017;Priscyll ANCTIL-AVOINE, 2017;Karen SICUA, 2018;Lilly CARO;Liceth WILCHEZ, 2020;Angie ÁLVAREZ, 2020;Stefani CASTAÑO, 2020), adquieren relevancia en los últimos años, puesto que plantean una postura crítica en la que no se sitúa a la mujer en un rol convencional o estereotipado, ni tampoco se entra en el juego víctima-victimario, tan nefasto para un país como Colombia, en que ha predominado la narrativa amigo-enemigo en la guerra.…”