“…En varios artículos, en el proceso de buen morir se identificó que el médico debe tener claridad y preparar al equipo médico y a la familia ante el suceso, reevaluando el manejo que se brinde de forma integral, en relación con los objetivos de cuidado (1,11,16). Para conducir a un buen morir, lo primordial es la toma de conciencia del límite de las acciones que no beneficien al paciente, sean molestas o prolonguen la muerte (7,11,16,24). Se ha evidenciado que una de las perspectivas más significativas para la profesión médica en el proceso de buen morir es una muerte libre de dolor físico y sintomatología asociada con los procesos de enfermedad, así como el alivio de la angustia moral (17,25).…”