“…De acuerdo con Tani, Bastos, Silveira, Basso & Corrêa (2020), la formación académica no se mide por los cursos ofrecidos, sino por las posibilidades de crecimiento y éxito profesional. Las instituciones de educación superior tienen la responsabilidad de adecuar los planes de estudio en búsqueda de la solución a problemáticas sociales (López-Alonzo, Guedea-Delgado, Núñez, Soto-Valenzuela & Gastélum-Cuadras, 2021;Patton & Parker, 2017), tomando en cuenta salidas laborales emergentes, como es el caso de recreación (González-Rivas et al, 2021). Así mismo, incluir competencias que fortalezcan el emprendimiento con temas como liderazgo, gestión, habilidades digitales, innovación en el deporte (Jones & Jones, 2014;Lara-Bocanegra, Bohórquez, Grimaldi-Puyana, Gálvez-Ruiz & García-Fernández, 2020;Lawrence, Strode, Baker & Benedict, 2020;Malekipour, Hakimzadeh, Dehghani & Zali, 2018), según Schyvinck, Babiak, Constandt & Willem, (2021), dichas competencias son fundamentales, debido a que los proyectos emprendedores exitosos requieren la generación de alianzas con partes interesadas, capacitación y asesoría.…”