El liderazgo escolar emerge como un componente crucial en la búsqueda de la excelencia educativa y la mejora de los resultados académicos. A través de una revisión exhaustiva de la literatura, se confirma que un liderazgo efectivo en las instituciones educativas está estrechamente vinculado con un mayor rendimiento estudiantil. Esta influencia positiva se refleja en tasas de graduación más altas, niveles superiores de logro académico y un clima escolar más propicio para el aprendizaje. Además, se destaca que el liderazgo escolar va más allá de la gestión administrativa, involucrando también aspectos pedagógicos y socioemocionales que inciden en el desarrollo integral de los estudiantes. Los líderes educativos que promueven la confianza, el cuidado y la equidad en sus comunidades escolares crean un ambiente propicio para el crecimiento académico y personal de los alumnos. Asimismo, se observa que un liderazgo escolar adaptable y proactivo en la integración de tecnologías emergentes en el proceso educativo puede potenciar la enseñanza y el aprendizaje, preparando a los estudiantes para enfrentar los desafíos del mundo moderno.