“…En primer lugar, se supone que los modelos desempeñan un papel central tanto en la ciencia como en la educación científica, constituyendo mediadores entre el mundo observable y las teorías (Halloun, 1996;Gilbert, Boulter y Rutherford, 1998;Harrisson y Treagust, 2000;Izquierdo y Adúriz-Bravo, 2005; Ducci y Oetken, 2012; Acevedo-Díaz, García-Carmona, Aragón-Méndez y Oliva-Martínez, 2017). En segundo lugar, se considera además que la modelización en ciencias conforma una actividad epistémica que requiere una gran variedad de capacidades, que abarcan tanto aspectos cognitivos como metacognitivos, así como perspectivas y visiones acerca de la naturaleza de los modelos (Grosslight et al, 1991;Harrison y Treagust, 2000;Schwarz, 2002;Oliva y Aragón, 2009;Torres y Vasconcelos, 2017). Finalmente, en tercer lugar, se plantea la necesidad de concebir el desarrollo de dicha aptitud a través de un itinerario de progresión como el que sugieren Justi y Gilbert (2002), 2.…”