“…Bien es cierto que, debido a las dificultades con la identificación del polen de P. pinaster (Carrión et al, 2000), es probable que los análisis palinológicos muestren tan solo de forma aproximada la corología de los bosques de pino resinero durante el Cuaternario (López-Sáez et al, 2010). En el caso de las evidencias antracológicas, sin embargo, permiten reconstruir con gran precisión espacial la historia de la vegetación leñosa incendiada (Talon et al, 1998;Cunill et al 2012Cunill et al , 2017, asegurando, por tanto, la presencia in situ de la especie en aquella localidad donde se ha encontrado el carbón. Así, anteriores análisis pedoantracológicos han permitido establecer la Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, 80, 2667, 1-34 presencia inequívoca de P. pinaster en la península ibérica con cronologías de hasta 33 000 años BP en Portugal (Figueiral, 1995), de 4360 ± 40 BP en la cuenca del Duero (Franco-Múgica et al, 2005;Hernández et al, 2011;Morales-Molino et al, 2011), de 2387 ± 32 BP en la vertiente sur de la Sierra de Gredos (López-Sáez et al, 2010), de 2235 ±40 BP en Los Castillejos -SW ibérico- (Rubiales et al, 2009) y de entre la Edad del Cobre y 725 ± 40 BP en zonas del SE ibérico (Alcalde et al, 2004;Rodríguez-Ariza, 2000).…”