“…Según Pastor Pradillo (2002), desde el punto de vista educativo la psicomotricidad se identifica con una metodología integral, que se caracteriza por el uso de la actividad física para promover el desarrollo armónico de diferentes aspectos de la personalidad y el psicomotor es una aproximación a la intervención educativa o terapéutica que tiene como objetivo desarrollar las capacidades motoras, expresivas y creativas del cuerpo haciendo que se centre en las actividades e intereses expresivos del movimiento. Mérida et al (2018) destacan que en las aulas infantiles es necesario el reconociendo de la necesidad de lograr un desarrollo holístico que equilibre las dimensiones física, emocional, social y cognitiva de niños en edad infantil, es decir pre escolar y escolar, que se implementan estrategias psicomotrices que promuevan el desarrollo de habilidades físicas como la coordinación general, equilibrio y habilidades motoras. En estos momentos en el mundo persisten los estragos de la pandemia del Covid-19, como la inercia o sedentarismo, la obesidad a edades tempranas, inapropiadas actividades físicas que se aúnan al déficit de coordinación corporal, el equilibrio la orientación espacial, la relación óculo manual, en la que siguen siendo factores que afectan, especialmente desde la etapa de la niñez hasta la infantil.…”