“…Esto lleva a que se deslegitimen las narrativas complejas, el lugar o los discursos de género donde se fragua el sufrimiento mental de las mujeres 1 . Por otro lado, el rol de las ciencias «psi» contribuye a lo anterior situando a la mujer como la más vulnerable a padecer trastornos mentales comunes, depresión y/o ansiedad 1 , por sus roles normativos de género (dependencia, vulnerabilidad, emocionalidad) en comparación con los hombres, esto apoyado, además, por la herencia estructural heteropatriarcal, capitalista y colonial 1 . Este sesgo por parte de la epistemología de la biomedicina y por las ciencias «psi», según el estudio, influye en el diagnóstico de la salud mental que padece realmente la mujer y/o el hombre, lo que lleva al experto a caer en reduccionismos al momento de determinar el tipo de trastorno mental y cómo se debería tratar y medicar al paciente.…”