“…El requisito de disponibilidad permanente y respuesta instantánea, que caracteriza a muchos empleos digitales, penaliza más a las mujeres que a los hombres, pues sobre ellas recae la mayor responsabilidad del trabajo reproductivo, y agrava las desigualdades de género (Lott y Chung, 2016). Estos riesgos del teletrabajo han sido especialmente notables y visibles durante los confinamientos de la COVID-19, en los que las mujeres han experimentado muchos más problemas para poder conciliar su trabajo remunerado con los trabajos reproductivos o de cuidados (Reichelt et al, 2021;Moreno et al, 2023). Los estudios sobre la relación entre el teletrabajo, la conciliación y los roles de género en la pandemia muestran que el aumento del trabajo de cuidados ha sido asumido principalmente por las mujeres y, por tanto, se han incrementado las brechas de género preexistentes (Actis et al, 2021).…”