seguridad, oportunidad, eficiencia, y que sea efectiva, equitativa y centrada en el paciente 1 , la efectividad y seguridad son aquellas dos que más directamente se asocian con los tratamientos quirúrgicos. Pareciera ser que en la Cirugía se hace más evidente la relación entre tratamiento efectuado y los resultados que se siguen y la superioridad que tienen éstos frente a otras alternativas terapéuticas.Hace ya bastantes años, Donabedian 2 analizó la Calidad en Cirugía y determinó tres ámbitos: estructura, procesos y resultados. En el primer grupo están contenidos los profesionales con sus grados de especialización y, por otro lado, los recursos físicos de cada centro. Cuando se habla de procesos en la atención, se entiende que ellos deben ser completos y deben estar basados en la mejor evidencia. Los resultados, aquellas mediciones que tradicionalmente se utilizan para medir calidad son variados, y entre ellos podemos mencionar: mortalidad, morbilidad, días de hospitalización, costos, calidad de vida postoperatoria y sobrevida a largo plazo, entre otros (Tabla 1).En este artículo analizaremos con especial atención la morbilidad quirúrgica, para entender mejor la multiplicidad de elementos que, al intervenir quirúrgicamente a un paciente, están relacionados a la morbilidad. Estos elementos han estado siendo motivo de extensa investigación y revisión, pues los resultados quirúrgicos interesan por cierto a los pacientes, a los mismos médicos, a los administradores hospitalarios y a los aseguradores 3,4 . Las complicaciones comportan dolor y costos; creemos que el mejor entendimiento de ellas, orientado a la prevención, se puede traducir en una disminución de la morbilidad 5 .