“…Dos características principales contribuyen a la severidad de ambos tipos de infección: en primer lugar, la ausencia casi completa de signos clínicos específicos, particularmente en la fase precoz, lo que hace posible el diagnóstico únicamente cuando el pus está rodeando parcial o totalmente a la prótesis, o se haya producido una FAE (6,13), extremos ambos que se dieron en nuestro paciente. En segundo lugar, por su extremada resistencia a la quimioterapia debido a los fenómenos de escape utilizados por los distintos agentes microbianos para su propia supervivencia , al desarrollar complejas estrategias de evasión a la respuesta antiinfecciosa del huésped (6,15). Es ampliamente aceptado que la capacidad bacteriana para adherirse y sobrevivir en superficies inertes es la consecuencia de la producción de un polisacárido polimérico extracelular que contiene substancias conocidas como glycocalyx (mucina) que se une a la prótesis y tiene una acción protectora al reducir la penetración de los antibióticos e inhibir la acción de los mismos (4,13,16).…”